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martes, 19 de mayo de 2015

Jardín del Ecomuseo de Caunedo (3)


Empezamos a instalar la tubería de riego automático. Para ello lo primero que debemos hacer es replantearla sobre el terreno. Para no llenarlo todo de estacas que estorbarían al cavar, lo mejor es emplear un spray marcador. En distancias tan cortas se puede hacer la línea según los planos tomando un par de referencias, puesto que no es necesario que la tubería vaya completamente recta. Si se requiere mayor precisión, hay que tirar de estacas y cuerda, marcando con spray la zona que señala la cuerda.


 Una vez marcado con spray el trazado, lo ideal es hacer unos cortes en la capa de hierba con la azada adecuada. Dado el tamaño de la tubería, en nuestro caso, con una separación de unos 10 cm. es suficiente.



El siguiente paso consiste en quitar con una azada o un palote la tierra vegetal, hasta una profundidad de unos 15 cm.

Hay zonas en las que la tubería va por debajo del parterre, en esas zonas no es necesario hacer el corte en la tierra, basta con hacer una zanja a esa profundidad.


Es importante contar con un plano de instalaciones existentes, para no encontrarnos con sorpresas al cavar. Conducciones agua, electricidad, gas, etc que nos pueden dar problemas en caso de encuentros inesperados.

En nuestro caso no contábamos con dicho plano de instalaciones, por lo que para encontrar la tubería de suministro de agua tuvimos que cavar con cuidado en el punto de la parcela más proximo a la entrada "visible" de agua. En dicho punto teníamos replanteada la arqueta, sin embargo, nos encontramos también con la tubería colectora de aguas residuales, lo que nos obligó a mover medio metro la arqueta desde su ubicación en el plano.

En la foto podemos la excavación para la arqueta y el tubo colector.

Una vez excavadas todas las zanjas para las conducciones de agua de riego, se eliminan todas las piedras del fondo de zanja, y se rellenan unos 5 cm. aproximadamente con arena fina, con el objeto de que haga de cama para la tubería y la proteja de roces con piedras que provoquen roturas.



Al final toda la superficie de la parcela queda llena de zanjas, por lo que es importante tener siempre presente los planos para asegurar los cruces y qué tipo de tubería va en cada lugar.


Lo siguiente que hicimos fue el relleno de los caminos del jardín. Los materiales más empleados son hormigón, grava, o piedra. En nuestro caso optamos por la grava dada la facilidad de colocación, su escaso mantenimiento y su coste. Además, aprovechando que se estaban efectuando labores de asfaltado en la carretera de Pola de Somiedo, aprovechamos la grava procedente del fresado de las zonas dañadas, que es un excelente material, lo teníamos a mano, estéticamente es aceptable, contribuimos al reciclaje de residuos, y además es gratuito.

Con carretillos lo fuimos transportando y extendiendo por los caminos, teniendo la precaución de dejar el material unos 4 cm por encima del terreno ya que al compactarlo se pierde volumen, y lo que nos interesa es que quede a ras de terreno.




Este es el aspecto que presentaba el jardín con el relleno de los caminos  ya realizado. Como se ve, ya va cogiendo forma.


 Por último con una bandeja vibradora, que es una máquina muy útil para compactar el terreno en casos como este, sobre todo por su facilidad de transporte, se pasa reiteradas veces por todos los caminos.




En algunas zonas es necesario aportar más material, y en otras retirarlo. Vamos repitiendo la operación hasta que todos los caminos queden con el nivel y el grado de compactación deseado.


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